01/02/2007 Segundo día en Agra y regreso a España


Nos levantamos a las 9 y desayunamos en el hotel del día anterior. Cogimos una motocarro que nos cobró 100 rupias por llevarnos a ver el pequeño Tal Mahal ya que no nos pusimos de acuerdo con los de la motocarro del día anterior porque no les parecía bien 100 rupias y pretendían llevarnos otra vez de tiendas.
El pequeño Tal Mahal es muy bonito, no es tan espectacular como El Tal Mahal pero está construido 30 años antes y creemos que el arquitecto que construyó El Tal Mahal se inspiro en éste pequeño porque es muy parecido, después nos fuimos a comer.
Estuvimos 1 hora descansando metidos en Internet.
A las 4 de la tarde nos estaba esperando un joven indio que nos llevará a dar una vuelta por el bazar. Como todos, fue muy puntual y regateando sobre el precio llegamos al acuerdo de pagarle 60 rupias. Nos convenció para llevarnos a unas cuantas tiendas para que le dieran su comisión. Nos dejó en el hotel sobre las 18:30 y le dimos 100 rupias por ser tan simpático y dicharachero. La verdad es que me reí mucho con él y le hice varias fotos.
Recogimos las maletas y tomamos una motocarro que nos llevo a la estación de tren donde estamos esperando para regresar a Delhi y aunque hemos llegado con 1 hora de adelanto espero que no se retrase, hay mucho humo y me estoy poniendo malísimo ya que es imposible respirar.
Dicen que el tren que vamos a coger es de lujo, ya veremos, porque no me fio. La verdad es que el tren no estaba mal del todo, pero no podría compararlo con ninguno nuestro. Tardamos en llegar a Delhi 2 horas y nos estaba esperando un taxista que nos llevaría al hotel Mega Sheraton. Vaya caca de hotel, nos han cobrado 2200 rupias y nos lo habían vendido como un hotel similar al que estábamos en Agra y es como comparar 1 estrella con 5, una vergüenza, pero así es la India. Intentaré olvidar las experiencia que hemos tenido con los hoteles.
Nos levantamos muy temprano y fuimos a dar una vuelta por el centro de Delhi. Cogimos el metro y ¡Qué sorpresa!, limpio, grande, puntual, una delicia, más limpio que el de Madrid y muy barato 8 rupias por trayecto. Sinceramente nos volvió a sorprender Delhi, creo que ya nos hemos acostumbrado al caos, mierda, contaminación, gentío, ruido, etc. por que yo diría que hasta nos gusta, es como si estuviéramos en otra ciudad muy distinta a la que nos encontramos en el primer día de nuestro viaje.
Echamos un vistazo al bazar, atestado de tiendecitas pequeñas y decidimos dejar las compras para el día siguiente ya que será nuestro último día en la India. Visitamos varios monumentos entre ellos la Mezquita que no pudimos entrar porque el musulmán que se encontraba en la puerta de entrada nos dijo que aparte de descalzarnos, cosa que hicimos, pretendía que dejáramos la cámara de vídeo en el coche. ¿Pero qué coche?, El muy señor imaginaba que eramos unos turistas que habían llegado en un autobús y cuando le digimos que no pertenecíamos a esa excursión no nos creyó, por lo que nos fuimos sin más. Tengo que decir que ha sido el único mal educado que he encontrado en la India.
Estuvimos viendo varias tiendas de antigüedades pero no compramos nada. Nos fuimos a comer a un KFL, todo de pollo frito, no me gustó, prefiero la comida picante a la que me he acostumbrado y me parece deliciosa.
Descubrimos una pradera con césped y decidimos tirarnos a descansar un rato en ella y ¡Sorpresa! descubrimos en el centro un teatro al aire libre en el que iba a dar comienzo un festival folkrorico dedicado a Gandi. Fueron 3 horas de bailes y cantos de grupos de toda las regiones de la India muy interesante y del que disfrutamos mucho. Dimos después una vuelta por Delhi y nos marchamos al hotel a ducharnos para ir a cenar a un hotel de lujo que venía recomendado en la guia. El hotel muy bonito pero la comida nada del otro mundo, nos cobraron 36 euros, una pasada. En este restaurante nos paso una cosa muy curiosa, los camareros vestían al estilo indio muy elegantes, la mesa muy bien puesta, el sitio donde se ubicaba el restaurante, tenía encanto, pero Nor descubrió que su plato tenía una mancha, al decírselo al camarero para que se lo cambiara el muy señor ni se inmutó y nos dejó con la boca abierta ya que no le dio importancia a la mancha que había en el centro del plato y con uno de sus dedos, por cierto con una uña largísima y llenas de mierda, lo limpió, y nos dijo ¡Voila!, ya está limpio. Si nos llega a pasar ésto el primer día yo lo mato. Nos reímos e intentamos disfrutar de la cena.
Nos retiramos pronto a dormir porque estábamos muertos de cansancio, creo que ha sido el día más intenso y cansado desde que llegamos.
A la mañana siguiente nos levantamos pronto y llenos de energía ya que era nuestro último día y yo particularmente estaba como loco porque tocaba hacer las compras que tantas ganas tenía. Descubrimos cerca del bazar un lugar que estaba atestado de tiendas pequeñas y allí como siempre, nos volvimos locos comprando de todo, cojines, pañuelos, cubre camas, un elefante de madera, bolsos, etc. ¡Todo el día de compras, hurra!. Acabamos a las 20 horas y muertos nos dirigimos al hotel para distribuir en las maletas las compras y cogimos un taxi con destino al aeropuerto internacional de Delhi. Llegamos sobre las 21 horas al aeropuerto y ahora estamos en una sala de espera ya que no nos dejan entrar a la terminal porque nuestro vuelo sale a las 04:45 de la madrugada. Nos comentan que nos dejaran pasar a las 00:00 horas.
Esto es terrible el suelo es blanco pero parece negro, los asientos son de plástico, sucios, rotos e incomodísimos. Ni siguiera hemos cenado y no sé si cuando nos dejen entrar lo podremos hacer pero en fin, paciencia.
¡Ya estamos dentro de la terminal!. Estamos esperando a que nos autoricen embarcar, menos mal que hemos venido con cinco horas de antelación, por que si no no sé que hubiera pasado, me explico: A las 00 horas nos pusimos a la cola de la entrada del terminal del aeropuerto, donde todo el mundo se quería colar, me pille un rebote tremendo. ¡Qué mal educados!. Lo curioso es que a pesar de que los indios tienen mucho morro cuando tienen que esperar en alguna fila, ya que poco a poco se van metiendo pero los que se colaban con un descaro tremendo eran todos europeos o americanos, me alté y a uno que quería colarse delante de mí empujé mi carro de las maletas contra el suyo y le eché de la fila, me miró el muy listo sorprendido, pero le debí de poner una cara tremenda ya que se echó hacia atrás rápidamente. Estuvimos en ésta cola unos 30 minutos, fue un caos.
Una vez que entramos en la terminal tuvimos que esperar otra cola para revisar las maletas, hasta ahí normal. Después tuvimos que ir a la compañía AirTurca para facturar. Tardamos como unos 45 minutos, otra cola más de seguridad, tardamos 1 hora y ya por último otra de control de pasaporte que ahí perdí la cuenta del tiempo que tardamos pero seguro que fue más de 1 hora. Estaba alucinado. ¿ Pero cómo podía haber tanta gente en un aeropuerto a las 4 de la madrugada?. No quiero ni pensar lo que será ésto a las 12 de la mañana.
El vuelo salió con dos horas de retraso, fue un viaje normal hasta llegar a Estambur, ya que como teníamos que enlazar con el vuelo hacia Madrid y llegamos con dos horas de retraso, pues tuvimos que salir corriendo por la terminal para poder coger el vuelo con destino a España. Fuimos uno de los últimos en subir al avión y me temí lo pero cuando salimos en 10 minutos: ¿Seguro que las maletas se quedan aquí, es imposible que les haya dado tiempo en subirlas al avión?. El vuelo fue un poco chungo ya que estuvimos todo el trayecto con muchas turbulencias bastantes duras, ¡Qué miedo! pero bueno, si no las hubiera, menudo aburrimiento, disfrute de unas vistas de Italia e Islas Baleares muy interesantes.
Llegamos a la hora prevista y ¡Voila!, las maletas se han quedado en Estambur ¡Con todos nuestros regalos!. Reclamamos en el aeropuerto a la compañía turca y el joven turco que nos atendió nos dijo que estaban localizados en Estambur y que en un día nos las traerían a casa con Seur.
Nos vino a recoger Paloma, una compañera de trabajo de Nor, menos mal por que después de llevar 30 horas sin dormir, agotados, sucios, un poco asqueados y muy mosqueados por lo de las maletas, si tengo que coger el metro, autobús y después andar hasta llegar a casa ¡Me muero, no puedo más!
Llegamos a casa y lo primero que hice fue darme una ducha en mi bañera ¡Qué alegría!, y me metí en mi cama ¡Qué gusto!. dormir como un verdadero bestia, 10 horas.
Al otro día esperamos impacientes las maletas que llegaron sin novedad. Sacamos todos los regalos y nos pusimos un poco melancólicos al pensar que aunque hemos visto cosas muy fuertes y lo hemos pasado a veces muy mal, creo sinceramente que todo el mundo debería visitar la India, al menos una vez en su vida.
No sé si volveremos, lo dudo, pero a sido una experiencia que no olvidaré en la vida.
La India la odias o la amas. Yo aun no lo he decidido. ¡Ya lo haré otro día!

31/01/2007 Un día en el Tal Mahal


Desayunamos en el mismo hotel que cenamos y después cogimos una motocarro que ya habíamos contratado el día anterior para que nos llevara al Tal Mahal. Llegamos sin problemas y en la entrada no había mucha gente. Pagamos 750 rupias (15 euros) por persona, una pasada, los indios pagan 20 rupias. ¡Qué decir del Tal Mahal!, simpremente nos encantó, lo mejor y lo más impresionante que hemos visto en la India. Hemos hecho muchas fotos y mucha cámara de video.
Volvimos a quedar con el mismo conductor de la motocarro para que despúes de comer nos llevara al Fuerte Rojo. Comimos en un maravilloso Pizzahut que encontramos, ¡¡¡¡Yupi!!!!. Nos zampamos: Una sopa de tomate; buenísima, una tostada de pan; deliciosa, 2 pizzas pequeñas; regulares, postre, café y tres cervezas. ¡Qué banquetazo nos dimos!
Descansamos una hora en el hotel. El conductor de la motocarro nos estaba esperando en la puerta del hotel. Yo creo que no se movió desde que nos dejó, porque estaba en el mismo sitio que nos había dejado, y ya es difícil, con todas las motocarros que hay aparcadas en las puertas de los hoteles. Debe de haber ostias entre ellos para aparcarlas y captar clientes.
El Fuerte Rojo es majestuoso, muy grande, pero un poco abandonado. Claro que después de ver el Tal Mahal, todo me parece poquita cosa.
El conductor y otro hombre mayor que hacia de copiloto de la motocarro, (Creo que era el padre del conductor, se parecian mucho pero era muy viejo, unos 50 años pero con apariencia de 80 y no exagero, era el único que hablaba en inglés) éste señor nos dijo que nos hacía una rebaja si visitabamos tres o cuatro tiendas en las que a ellos les daban comisión sólamente por llevar a turistas aunque no compraramos nada. Aceptamos un poco incledulos ya que nos estabamos imaginando que había gato encerrado, pero como son tan amables, ¡haber quién les dice que no!.
Prometimos que no compraríamos nada, ya que desde el principio decidimos que lo haríamos el último día en Delhi.
Fue muy divertido al principio visitar éstas tiendas ya que como descubrí que no tenían ni por asomo una pulsera de plata que compré en Puskar, para quitarme de encima a todos los vendedores de las tiendas, les decia que estabamos buscando una pulsera igual a la que yo llevaba, nos sacaban 50 ó 100 pulseras a las cuales a todas deciamos que no, y cuando llevabamos un tiempo prudencial haciendo el paripé para que les dieran su comisión a los de la motocarro, nos largabamos muy agradecidos por la amabilidad con la que nos habían tratado pero muy disilusionados porque no encontrabamos la misma pulsera, los pobres se quedaban a cuadros. Nunca en mi vida he hecho tanto teatro como en la India.
Cansados ya de visitar tantas tiendas y tras un continuo decir a los susodichos conductores de la motocarro que ésa que estabamos viendo era la última, porque sí mucha amabilidad, pero acaban con tu paciencia, perdimos la cuenta del número de tiendas a las que nos llevaron y les tuvimos que decir que; ¡No veíamos más y que nos dejaran en el hotel!, en cuanto me pongo un poco duro y pego un grito me hacen caso, me da mucha rabia recurrir a esto pero es que llega un momento que te hierve la sangre. Nos dejaron sin más en el hotel, nos fuimos a cenar al mismo restaurante de ayer, y a la cama encantados y cansados.

30/01/2007 Jaipur-Agra


Salimos a las 8 de la mañana en taxi hacia Agra. El viaje fue un infierno. Al principio todo bien pero cuando llegamos a Fatehpur Sikrit que era el lugar que teníamos pactado con el taxista para que nos dejara visitarla durante 2 horas, pues bien, cuando salimos de hacer la visita, la cual estuvo bastante bien pero nada del otro mundo, seguimos nuestro viaje hacia Agra y a unos 30 km antes de llegar en la entrada de un pueblo habían contado la carretera por una manifestación y no podíamos pasar debido al gran atasco que se había formado. Estuvimos como 3 horas esperando y el taxista se decidió a meternos por una carretera secundaria. Al principio nos asustamos un poco ya que no se veía mucha gente por esa carretera tan pequeña en la que sólo veíamos campos de cultivos. Poco a poco se fue viendo más gente deambulando por ella casi todos campesinos y pequeñas aldeas muy humildes las cuales me encantaron porque aunque se veía mucha pobreza todos los niños y jóvenes te miraban muy sorprendidos ya que no creo que pasen muchos coches de turistas por esas aldeas, pues bien te miraban, saludaban y te regalaban una maravillosa sonrisa, ¡Qué felicidad se ve en sus caras, quién diría que carecen hasta de lo más elemental!.

El taxista preguntaba continuamente hacia donde se iba a Agra y a Nor y a mí nos tenía acojonados porque en poco tiempo se haría de noche y no sabíamos cuanto quedaba para llegar a Agra y ni donde estábamos. Para colmo a unos 5 km antes de llegar a Agra en una pequeña aldea estaban de fiesta y nos tuvieron otro buen rato parados. ¡Dios mio, que paciencia tienen estos indios!, no tienen prisa para nada, recomiendo encarecidamente un viaje de dos semanitas a todos los que sufran de stress, aquí seguro que se les quita.
Por fin llegamos a Agra y nos dirigimos al hotel Safari que habíamos contratado en Jaipur.
Como estábamos muy cansados de la tremenda paliza del viaje, decidimos no ver más hoteles y cogimos éste hotel. ¡Qué asco!, enseguida nos dimos cuenta de nuestro error, ya que salimos a dar una vuelta por la ciudad y vimos muchos hoteles con buena pinta y decidimos visitar uno de ellos con tan mala suerte de que el hotel estaba completo, pero el mismo recepcionista nos mandó a otro muy parecido. Nos enseñaron la habitación y nos encantó, que lujo, no había suciedad ni olía mal y en él nos quedamos, aún perdiendo las 600 rupias que pagamos en el hotel Safari. El hotel en el que estamos es bastante occidental y muy limpio, en el otro vi bichitos que se metían por los azulejos del baño y costra de mierda por todos lados. En fin prometo no hablar más de la mierda que veo por todos lados en la India. Nos fuimos a cenar al hotel que no había habitaciones y nos encantó, por cierto el hotel estaba lleno de españoles los cuales se hacían notar mucho debido a los gritos que pegaban. Nor y yo estábamos muy sorprendidos ya que en todo momento hemos visto tanto a nativos como turistas muy correctos y en ningún momento haciéndose notar. ¡ Vaya panda, iban todos vestidos con ropas indias, las que te venden en cualquier tienda para turistas!. Lo que más me jode es que eran españoles. Nos fuimos pronto a la cama ya que a la mañana siguiente nos esperaba ¡El Tal Majal!