Después de 300 km que recorrimos de Udaipur a Puskar, llegamos sin novedad aunque con el corazón en un puño, debido a la forma que tienen los indios de conducir. Tardamos 5 horas y media y el taxista no hizo ninguna parada. Conseguimos quedarnos en el segundo hotel que habíamos elegido por internet. Ratan Javali. El hotel muy normalito, cabe destacar que lo limpian y cocinan niños, no ves nunca a ninguna mujer. La ciudad, dentro de lo que llevamos conocido, tanto la gente como el ambiente que se respira nos parece muy simpático. Está llena de tenderetes que venden de todo.l Compramos plata, cojines y varias telas, regateando como siempre. Yo me compré una pulsera de plata muy guay. Hay que destacar en esta ciudad que apenas hay coches y ninguna moto carro, por lo que se puede respirar bastante bien. A penas hemos vistos mendigos, pero lo que si hay es muchos hombres ofreciéndote una flor, creo que son tajetes, para darte la bienvenida a la ciudad y como no, para que les des unas rupias, así se ganan la vida muchos de ellos, pero de nosotros no sacaron ni una rupia
No hay comentarios:
Publicar un comentario