28/01/2007 - Jaipur


Salimos de Puskar a las 10 de la mañana con destino Jaipur que está a 150 km.
Lo hicimos como siempre en un taxi y tardamos menos de lo esperado, 2 horas y 30 minutos, debido a que la mayor parte la hicimos en autopista. Me sorprendió mucho, yo pensaba que en este país no existían.
Conseguimos habitación en el segundo hotel que visitamos llamado Bissao Palace. No está mal; es un Palacio Mansión del siglo XIX que para mi gusto está muy bien. Nos ofrecieron una suite por 2700 rupias, pero cogimos la de clase turista por 1800 rupias, porque en comparación ésta está mucho mejor que la suite. La habitación es muy grande con dos cama enormes y bien decorada, el baño es aceptable. Tenemos por vecinas a dos francesas que acaban de llegar aterrorizadas de Delhi, ya que solo llevan 2 días en la India, y a un matrimonio holandés de unos 60 años que llevan un mes recorriéndose la India y según nos dicen es un regalo que les ha hecho su hija. La mujer es muy divertida, pero el marido está hasta el moño de la India y está deseando volver a Holanda.
Comimos en el restaurante del hotel el cual me pareció muy bonito, está bien decorado al estilo palacete de la India como yo me imaginaba que serian todos los hoteles a los que pensábamos ir.
Nos pedimos un típico tali que lleva lentejas, arroz, queso de camello, revuelto de coliflor y guisantes con patatas, me dejó la lengua y garganta ardiendo de tanto picante pero como lo regamos con unas buena cerveza, se me pasó todos los males. Echaba de menos esta cerveza ya que en Puskhar está prohibido el alcohol y todo tipo de carne, pero no la marihuana. En fin, de postres nos pusieron menestra de fruta que consistía en un plátano, manzana y algo parecido a dátiles, muy bueno. Seguidamente nos dimos una vuelta por la ciudad la cual es tremendamente grande y pudimos visitar varios monumentos y multitud de tiendas de todo tipo que hay siempre en la India. Nos perdimos y tuvimos que coger un ricksaw, bicicleta típica de la India, tirada como siempre por un delgadísimo indio que da una pena tremenda. Nos pedía 20 rupias y le dimos 50 por el esfuerzo que hizo.
Son curiosos estos indios, cuando les dices que te lleven a una dirección todos asientan con la cabeza diciéndote que sí, y después cuando ya has montado a los pocos minutos te das cuenta de que no tienen ni idea por donde tienen que ir y van preguntando a todo el mundo.
Hemos alquilado una moto carro para mañana durante 3 horas con la que vamos a recorrer los puntos más interesantes de ésta ciudad, esperemos que todo salga bien puesto que yo no me fio mucho de que nos vayan a cobrar 225 rupias por los dos.
29/01/2007
Nos hemos levantado a las 08:30 horas, hemos ido a desayunar en el hotel y tenias bufé a 199 rupias (4 euros), no hemos desayunado puesto que sólo había tortillas, revuelto de verduras, plátanos, té y café. Nos hemos comido la fruta que nos quedaba en la habitación. A las 10 horas hemos cogido la moto carro que el día anterior habíamos apalabrado. Nos ha llevado al Fuerte Amber, la verdad es que es quizás lo más atractivo de Jaipur. Estaba lleno de turistas, monos, elefantes y todo tipo de indios sobre todo niños y adolescentes vendiendo souvenirs, ¡Qué pesados son a veces!. Después nos ha llevado a ver el Palacio del Lago, el cual estaba totalmente seco, lleno de barro y animales comiendo hierba. Dice el conductor del moto carro que cuando está lleno de agua es muy bonito. Este conductor es un cara dura nos quiere llevar a toda costa a una tienda donde venden plata y yo le he dicho que no tengo ganas de ver más plata, que nos deje en paz y se ha enfadado un poco conmigo, pero a mí plin. Nos hemos acicalado un poco y hemos salido en una ricksaw hacia la estación de trenes donde no hemos podido conseguir un billete hacia Orcha porque había muchísima gente en la cola. Después nos hemos ido a comer a una tienda de bocadillos tipo bocata, donde comimos la mitad de un bocadillo enorme de pollo con pepino, cebolla, salsas diversas, aceitunas, etc. Nos ha encantado y dejamos la mitad para cenar. Ahora estamos en el jardín del hotel descansando y tomando una cerveza con una pareja de jóvenes argentinos que conocimos ayer en el restaurante del hotel. Son muy simpáticos, sobre todo ella, él es un guaperas, pero la impresión que me ha dado es bastante buena.

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